El enamoramiento es aquella etapa de insospechada atracción de los amados.
Durante la tradición y en especial desde la psicología, nunca se ha logrado determinar
cabalmente „por qué‟ ocurre esto, quizás sí el „cómo‟ sucede, o sea que procesos
psíquicos o químico-biológicos aproximan a dos individuos, pero no podemos
explicitar „por qué‟ la aproximación, el deseo, el interés por una persona especifica se
da con pasión, con erotismo.
El enamoramiento es un estar imbuido de amor, como en una burbuja, que nos
mueve en un „ir hacia‟, es un desplegarse mirando o, quizás, imaginando al otro.
Enamorarse es un aquel primer momento, irracional, instintivo, natural del amar en el
hombre, y por ello mismo el más inexplicable, el más misterioso, ya que es dirigirse
hacia un otro que deseamos íntimamente, es decir, tanto corporalmente, como
anímicamente, sin embargo es este oscuro y remoto deseo el más nubloso para
nuestra inteligencia, pues hay un Otro difuso, difuso porque nuestra relación con él es
incipiente, ya que no lo tenemos contextualizado, no logramos (y quizás nunca
logremos) develarlo, des-ocultarlo completamente, aunque definitivamente es esta
esperanza, de que algún día lo lograremos la que nos invita de algún modo, a
proyectarnos y acercarnos al amado.
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